Tras un pequeño periodo sin escribir, con el tema del traslado a Houston, vuelvo hoy con algún tema empresarial, de los que también me apasionan: la búsqueda de la ventaja competitiva en la empresa por medio de la innovación.
Leo en una prestigiosa revista editada por la no menos pretigiosa institución de los States, la MIT, una sección de publicidad, pagada por el ICEX, referente a los sectores donde se está produciendo la innovación en nuevas tecnologías en las empresas españolas. Pulsa aquí para leer el artículo (ojo, es publicidad) completo en un precioso anglosajón.
Pues bien, vemos varios sectores, 7 en concreto, entre las que destacaría la energía solar, la desalanización y el desarrollo de infraestructuras. En estos tres sectores trabaja mi compañía, lo que me gusta, sinceramente. Sin embargo, echo de menos que se nombre en este estudio, porque aunque lo hace en dos de ellos, hay uno que no menciona. Y tampoco se menciona la tarea de innovación en sectores tan importantes y con potencial influyente como son el bioetanol y sobre todo el hidrógeno. Señores de márketing, 'tarjeta amarilla'.
No olvidemos que la innovación es la que te permite sobrevivir en este mundo de fuerte competencia global, ya que te ofrece un cierto periodo de ventaja competitiva que puede ser crítico de cara a la obtención de reconocimiento y por tanto, de la mayor cuota de mercado, que al fin y al cabo es lo que cuenta.
Por ello, yo voy a más. Igual que hoy en día a todas las empresas se les supone el certificado ISO 9001 y 140001, por ejemplo, donde se ha pasado de que la empresa que la posea ofrezca algo diferenciador a que sea algo higiénico, se debería adoptar un certificado (algo existe) que regulara, potenciara y controlara esa diferenciación. Y en esa línea, como gestor, obligaría a que la empresa lo adoptara y que disponga de su presupuesto. Porque una cosa es sobrevivir, pero otra es hacerlo de forma sostenible. Y sin innovación, siempre irás en el furgón de cola.
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