viernes, 7 de diciembre de 2007

¿Hasta cuando?

¿Hasta cuándo tiene una persona que aguantar una situación que la incomoda en el contexto laboral? Bonita pregunta y dilema para el día de hoy, volviendo a un tema que hace tiempo que no abordo y que me entusiasma, la gestión de personas (o de recursos humanos que dicen algunos).


Pues bien, como todo en la vida, depende, pero voy a profundizar en el tema intentado generalizar pero sin llegar a la especulación.

Una de las cualidades que se buscan en las personas es la resistencia a la presión, y la habilidad de manejar situaciones difíciles. En definitiva, todo se reduce a que existe un riesgo potencial (existe una situación de crisis, hostilidad, o simplemente que se salga de la normalidad esperada), y por medio de estas cualidades (o competencias, en un dialecto formal) logramos conducirlo para que no se convierta en un problema, y lo peor, un problema insalvable.

Pero llegado el momento en el que dichas habilidades, en la medida en la que hemos podido ponerlas en práctica, no dan el resultado esperado, la situación origen del riesgo se deteriora (normalmente por el simple paso del tiempo) y llega a una situación insostenible.

En este momento, y llegado a un punto donde la presión profesional afecta al ámbito personal en unos niveles no aceptables (sobre todo porque el periodo de tiempo es prolongado), ¿qué hacer?.

Pues cerrar una página de la vida, y pasar a otra de mejores posibilidades. Porque nada se acaba en ningún sitio (joder, excepto la muerte...), y como dicen algunos, si no puede ir a peor, sólo puede ir a mejor. Y la rapidez sobre la que se pasa la página dependerá de las posibilidades familiares, económicas, y sociales que cada uno disponga. Pero la página ha de pasarse.

Pero ahora viene lo mejor: y yo, como responsable de esa persona que ha pasado por esa situación, ¿cuál es mi responsabilidad en la misma? Pues total. Primero porque no he sabido detectarlo a tiempo, ni darle la dimensión adecuada. Segundo, porque el problema no desparece con las personas, permanece, y en algún momento le tendré que hacer frente. Pero con una persona experimentada menos.

¿Qué me ha faltado? Ciencia. Ciencia, gestión de personas y equipo, y sobre todo, gestión de riesgos/problemas. Porque las cosas se pueden afrontar de muchas maneras diferentes. Eso nos diferencia de los chimpancés. Ellos sólo ven una opción, nosotros debemos ser capaces de ver, analizar, y llevar a cabo diferentes opciones de manera simultánea.

En fin, el mundo de las personas nunca es fácil. Pero si no lo gestionamos, será difícil.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Te veo un poco quemadillo ...

Anónimo dijo...

Pues si, es a veces como el precio justo, si te pasas una perra gorda, perdiste.
La solución es el cambio radical de funciones, si merece la pena el perfil, claro...