miércoles, 23 de mayo de 2007

+Poder (se abre una saga)

Un amigo recientemente me comentaba una nueva forma de 'toma de poder', y si abrimos un poco la mente, veremos que cuando he escrito la entrada de Naturaleza Humana, también podíamos estar hablando del mismo fenómeno. Habrá que buscarle un nombre (si no lo tiene ya).

Me refiero a que no puedes dejar que ls cosas pasen por sí mismas, que el destino te lleve y determine tu futuro, que otros decidan dónde tienes que estar: cada uno es dueño de uno mismo, de su futuro, y para ello, tiene que tener la fuerza y el conocimiento de uno mismo necesarios.

¿Cómo caminar, pues, por la senda del futuro?. En primer lugar, conociéndose a uno mismo. Y eso que es fácil decir en los seminarios de Recursos Humanos que recibimos, no lo es en la práctica, pues estamos llenos de proyecciones de otras personas, prejuicios, y circunstancias (como decía Ortega y Gasset). Estos factores son lo que disfrazan nuestra verdadera naturaleza, y son los que si no somos capaces de aislar, nos llevarán a decisiones de futuro diferentes a las que nos realizarían realmente (y no digo con ésto que las que tomemos sean decisiones que no nos gusten o a las que no nos adaptemos cual camaleones).

Una vez que sabemos lo que queremos (y no hace falta ir a decisiones complejas, sino a aquellas que le demos algún tipo de importancia), tomemos el poder. Es decir, no dejemos que nadie nos encamine hacia otro lado, hacia otro objetivo. Estaríamos hablando de una realización personal.


Existiría otra variante referente a los entornos grupales, donde podemos realizar la función de liderazgo del mismo. Pero eso lo dejo para otra entrada del blog...

miércoles, 9 de mayo de 2007

Naturaleza Humana

La naturaleza humana. Qué diferente somos unos de otros.

Hay personas que ante el menor problema se quedan parados, esperando a que el tiempo lo solucione o que llegue alguien para sacarle del mismo. Es muy común en nuestro entorno. ¿Qué característica común pueden tener las personas que actúan de esta manera?

¿Apatía? Puede ser que hayan luchado tanto con los problemas en anteriores ocasiones que ya no tengan ganas de luchar, o de vencerlo.

¿Descaro? Pudiera ser que simplemente, ha aprendido (o se haya adaptado) a vivir de los demás, del devenir de los acontecimientos.

¿Simplemente vagancia? Mientras el problema no sea importante, para qué esforzarse en vencerlo si habrá otros que posiblemente lo hagan, o quizás puedo vivir con el problema. Pero, ¿cuándo un problema se hace tan importante como para dedicarle mi tiempo? ¿y si ya es tarde?


Afrontar los problemas diarios (ya sean en el ámbito laboral o personales) tiene su recompensa, en forma de buenos momentos, en forma de satisfacción personal o profesional, en forma de reconocimiento de tu alrededor o de la sociedad, etc. Pero está claro que un conjunto de personas, y que no es pequeño, no piensa de esta manera.

¿Será ese punto de ansiedad (o estrés) que gestionar los problemas ofrece, el que hace que muchos no piensen de esa forma?. ¿Será simplemente la comodidad, la falta de aspiraciones?. ¿Queremos un mundo sin aspiraciones, sin ganas de reinventarse de nuevo?.

Por lo tanto, la pregunta final sería, ¿es que el problema soy yo mismo?...

miércoles, 2 de mayo de 2007

Consecuentes

Uno de los valores más apreciados es el ser consecuente con uno mismo, y estimo que de mayor a menor grado en las acciones que realizas, en las apreciaciones, en los comentarios. Y todo ésto dentro de un ámbito temporal determinado, porque evolucionamos en nuestro conocimiento/experiencia, y con esta evolución acciones pasadas puede parecernos distantes.

No hay nada más repulsivo que en un corto espacio de tiempo, alguien que defendía con ahínco una posición en un ambiente determinado, después y posiblemente ante otro auditorio defienda otra posición. O en la primera ocasión su posición no tenía fundamento ninguno, o en la segunda simplemente está remando donde hay mejor viento.

Y cuando se crece en una estructura organizativa de una empresa, este fenómeno tiene un mayor impacto, porque no dudemos que se nota por parte de tus compañeros o colaboradores, y eso para un presumible 'líder' es síntoma de declive.

Por supuesto que siempre existen cambios de criterio motivados por instrucciones de tus jefes, pero en ese caso, y si se produce con excesiva frecuencia, o estamos en contracorriente con nuestro jefe, o nuestro criterio no es valorado. Aquí queda ésto.

El máximo exponente de un falta de consecuencia con las acciones que realiza uno mismo está en algo que aprecié en uno de mis últimos viajes (me preocupa la frecuencia en que utilizo eso de mis últimos viajes). Chica regordeta, posiblemente 0,1 toneladas métricas (como diría alguno que conozco y aprecio), bajita (de las que tardas menos en saltar que rodear, si se produce la ocasíón). Se acerca a la barra del bar, y pide su cafelito, y una pedazo de caña de chocolate más larga que una pértiga. Sonrisa de satisfacción cuando aprecia semejante desayuno. Y para rematar, se pide sacarina...